David y Bonifacio: dos ídolos admirados

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La grandeza de David Ortiz no está en las estadísticas que estableció en las grandes Ligas que lo convirtieron en un respetado miembro de Cooperstown. Y mucho menos en la cantidad de millones en dólares que tiene en sus cuentas bancarias, otros los tienen y son insignificantes.

La grandeza del Big Papi, radica en que luego de haber vencido todos los obstáculos que parecían insalvables, pudo llegar a la cúspide y tener la capacidad de nunca romper los vínculos con su gente, con su pueblo, con sus iguales de origen humilde. Ahí está su grandeza.

Mientras otros líderes mundiales del deporte, aborrecen su origen y maldicen la pobreza que vivieron en su infancia, David Américo Ortiz Arias, se enorgullece de hablar de todas las vicisitudes que tuvo que pasar para alcanzar su sueño.

Obligado estoy pues a escribir públicamente por vez primera, aunque de manera breve, que el Instituto WASHINGTON, institución que fundé hace 40 años, acogió a David Ortiz, cuando él apenas tenía 14 años y nunca los profesores nos imaginamos que el niño que iba a recibir risueñamente sus clases de inglés, sería una figura legendaria del deporte mundial: Ahí está la enseñanza. En cada niño hay un diamante que sólo debemos pulir pacientemente.

David posee un carisma natural. Y eso se puso de manifiesto en la histórica serie final de béisbol entre los Leones del Escogido y los Tigres del Licey. David, escogidista mil por mil, llevó presión psicológica a la escuadra del conjunto añil, y se propuso descontrolar emocionalmente a otro ídolo de nuestro béisbol: Emilio Bonifacio.

Pienso que David Ortiz jugó su rol y nos hizo disfrutar más la serie, pero debe evitar emitir juicio de valor que puedan herir a sus colegas que también son sus admiradores, como es el caso de Emilio Bonifacio. El Big Papi debe entender que él es un ídolo de todos los dominicanos y por lo tanto, los seguidores del Licey, también lo adoran, pero no apoyarían jamás que lastime verbalmente a su ídolo: Emilio Bonifacio. Ojalá y pronto podamos ver una foto, donde aparezcan abrazados: Emilio Bonifacio y David Ortiz.

Sé que desde que pase la serie del Caribe que se jugará en México, el hijo de don Leo y su adorada madre, fallecida, doña Ángela, volverá hacer lo que más disfruta, lo que le enseñó el líder de los mauricianos, don Leo Corporán, ayudar a miles y miles de niños que sufren de cardiología congénita a través de su fundación Fondo para la Niñez David Ortiz.

Cuando los dominicanos veamos abrazados a David y Bonifacio, diremos: Ese es David Ortiz.

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